Tempus Quartet representará a México y a la UAT en Japón

El grupo musical Tempus Quartet representará a la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y a México en Japón, donde ofrecerán dos conciertos durante el mes de septiembre con motivo de las fiestas patrias. Las presentaciones de la agrupación en el continente asiático se llevarán a cabo en el marco de las fiestas patrias mexicanas a realizarse en Tokio del 14 al 16 de septiembre, en la embajada de México en Japón y en el distrito de Harajuku, respectivamente. Tempus Quartet es una exitosa banda compuesta por músicos talentosos egresados de la UAT que interpretan covers de canciones reconocidas en versiones musicalizadas por instrumentos como violines, violoncelos, guitarra eléctrica, batería o percusiones; e interpretadas por una voz soprano. En entrevista, Júpiter Bautista Salazar, director de la banda, dijo sentir un gran compromiso de representar a la UAT y a México mediante un espectáculo de calidad que ofrecerá un amplio repertorio de piezas emblemáticas de nuestro país. Dentro de su repertorio disponible en sus canales oficiales de plataformas digitales se pueden encontrar versiones de canciones como México lindo y querido, La bruja, La llorona, México en la piel, El cuerudo tamaulipeco, entre otras obras musicales. Dijo que estas presentaciones se unen a los éxitos cosechados a lo largo de su trayectoria; sin embargo, a pesar de anteriormente haber expuesto en el extranjero y musicalizado para diversas plataformas digitales, esta es la primera ocasión que ofrecerá un espectáculo fuera del continente americano. Agradeció al Rector de la UAT, C. P. Guillermo Mendoza Cavazos, por el apoyo obtenido de esta institución, e invitó a la comunidad universitaria a aprovechar todas las herramientas.

Desarrolla la UAT alternativa para la producción de pigmentos naturales

Desarrolla la UAT alternativa para la producción de pigmentos naturales

Ciudad Victoria, Tamaulipas.-Investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) han desarrollado una propuesta innovadora y sostenible orientada al aprovechamiento de residuos vegetales para la obtención de pigmentos naturales. 

En respuesta a la creciente preocupación por los impactos negativos de los productos sintéticos en la salud humana y el medio ambiente, esta iniciativa se presenta como una alternativa ecológica y económicamente viable, ofreciendo soluciones aplicables a diversas industrias, como la alimentaria, textil y artística.

El equipo de investigación de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la UAT, liderado por Edmar Meléndez Jaramillo, Laura Sánchez Castillo, Ma. Teresa de Jesús Segura Martínez y Rafael Delgado Martínez, destaca que los residuos agrícolas como cáscaras, hojas, tallos y raíces contienen compuestos útiles para producir pigmentos naturales de diferentes colores. 

Entre los más comunes se encuentran los pigmentos verdes de la espinaca, rojos de la remolacha, morados de la col morada y amarillos del azafrán, todos ellos con propiedades antioxidantes y antibacterianas.

Detallan que, el proceso de extracción de los pigmentos es sencillo y accesible. Las plantas se desinfectan, se deshidratan a temperaturas controladas y luego se muelen para obtener los pigmentos, los cuales pueden utilizarse en alimentos, acuarelas o textiles. 

Esto –añaden– abre un abanico de posibilidades tanto para la industria como para los consumidores conscientes del medio ambiente.

Los investigadores también proponen que otras fuentes menos convencionales, como ciertos insectos y minerales, pueden ser utilizadas para obtener pigmentos naturales. Un ejemplo de esto es la grana cochinilla, que se utiliza para obtener tonalidades rojas, o las arcillas rojas para crear pigmentos marrones.

Esta investigación busca replantear antiguas técnicas de extracción de pigmentos y promover una economía circular que maximice el aprovechamiento de los recursos agrícolas.

Además de ser más seguros y sostenibles, los pigmentos naturales no requieren productos químicos sintéticos en su producción, lo que evita la contaminación. Al mismo tiempo, permiten aprovechar recursos que de otro modo se desperdiciarían, otorgándoles un valor económico adicional.