No es culpa de las encuestas

La satanización de las encuestas en la última etapa de las campañas es un fenómeno normal y esperado. Los candidatos favorecidos las presumen, los candidatos perjudicados las rechazan. 

Sin embargo desde que los partidos definieron a sus candidatos allá por diciembre de 2017, las herramientas estadísticas han sido duramente criticadas por una razón muy sencilla: el amplió margen de victoria que le dan al candidato puntero. 

Así que desde entonces su efectividad ha sido cuestionada, lo que ha servido para polarizar más el ríspido proceso.

Una segunda razón por la que las encuestas han sufrido ataques, es que sus mediciones han reflejado un comportamiento constante durante los últimos 5 meses entre pre campañas y campañas. 

Algo imposible de creer para los candidatos, partidos y estrategas electorales, porque en su idioma lo que los números reflejan es que las campañas han servido para muy poco, por no decir nada. 

Y eso es precisamente lo que está ocurriendo. 

Este fenómeno también tiene una muy sencilla explicación: las redes sociales y su falta de entendimiento. 

Porque si antes los medios masivos servían como una caja de resonancia donde los mensajes de los candidatos llegaban uniformemente a los votantes, ahora las redes sociales se convierten en un filtro que selecciona, fragmenta, valida, edita, censura y disemina información a su conveniencia, que no es otra que la que dicta el algoritmo de moda. 

Algoritmo que finalmente es moldeado a la medida de cada usuario, y en el que sus gustos y preferencias están por encima de cualquier otro criterio. 

Así que por definición las redes sociales se vuelven círculos cerrados creados por y para la comodidad del usuario, en donde las ideas poco familiares o de plano contrarias no tienen espacio, facilitando por diseño la polarización que tanto se condena en la esfera pública, particularmente en las campañas electorales. 

¿Entonces no se deben usar las redes sociales en las campañas políticas? Claro que se deben usar, el asunto es que hay que saber usarlas bien. Especialmente si los candidatos las han convertido en su principal medio de difusión.  

No es suficiente con publicar un video y pagar publicidad, incluso si se identifica y segmenta claramente el target objetivo.

Eso solo te garantiza que llegue el mensaje al destinatario, pero no que este evite ignorarlo, mucho menos que cumpla con el objetivo que se tenía planeado. 

Así que si a los candidatos solo los escuchan sus simpatizantes (en el mejor de los casos), no es extraño que las preferencias mantengan sus tendencias y que estas tendencias sean recogidas en las encuestas.

De ahí que las redes sociales se hayan convertido en un diálogo de sordos, donde los principales culpables han sido los candidatos y sus estrategas. 

Porque más que estrategias, lo que hoy vemos en las campañas de manera generalizada son una serie de ocurrencias poco efectivas y sin mayores consecuencias. 

La búsqueda del voto tiene etapas claras en una campaña: conocimiento del candidato, aceptación, diferenciación y finalmente el voto. 

Y si a la evidencia nos atenemos, tal parece que los candidatos de plano ignoran estas etapas o de plano creen que las redes sociales resolverán este proceso de forma automática. 

Si lo aterrizamos con los candidatos nacionales; Meade apenas brinco la etapa de conocimiento. Ni siquiera los priistas sabían quien era, y por eso se tardó tres meses en presentarse. El asunto es que su candidatura se atoró en la etapa de aceptación, porque a los tricolores no les gustó la imposición de un candidato ajeno a su partido y porque los ciudadanos no le compraron su distanciamiento con el PRI. 

Ricardo Anaya tuvo problemas similares, sin embargo la ayuda de la coalición facilitó su aceptación como candidato, incluso cuando grandes corrientes dentro del PAN lo rechazaron. Pero su problema llegó en la etapa de la diferenciación.

Si Anaya está en segundo lugar es porque supo comunicar que él y Meade no son lo mismo ni representan lo mismo. El problema es que el candidato del Frente se atoró cuando trató de diferenciarse con AMLO. 

O mejor dicho, sus propuestas no han sido lo suficientemente buenas o simplemente les ha faltado credibilidad para lograr que el electorado valore su proyecto mucho mejor que el del candidato puntero. 

Y en el caso de AMLO, quien está en su tercer campaña presidencial, el avance de las etapas en la búsqueda del voto ha sido de manera orgánica. De ahí que su único trabajo se concentró en el de administrar su ventaja. 

Ventaja que obtuvo al presentar un proyecto congruente al de sus anteriores campañas presidenciales, pero sobre todo al voto de castigo que pesa sobre el actual gobierno federal. 

AMLO obtuvo el 31% de las preferencias en el 2012, así que el resto (hasta 50% según algunas encuestas) son los ciudadanos decepcionados con Peña Nieto y su partido. 

Las campañas no se ganan por arte de magia, son un proceso en donde el candidato es el punto de partida. 

Y las redes sociales tampoco son una varita mágica para solucionar todos los problemas. 

Es cierto que las redes son un arma muy poderosa, pero solo si se saben utilizar, sino terminan siendo como una pistola en manos de un inexperto, así que no es extraño que la mayoría de las veces ese inexperto termine disparándose en el pie cada vez que intenta usarlas.

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Pues eso. 

Es bueno saberlo.- 1) Primero utilizó el #RESULTADOS pero como nadie le creyó, Oscar Almaraz ahora lanza el #JUNTOSPODEMOS como slogan de campaña. Otra muestra más de que las encuestas no mienten cuando lo colocan en el tercer lugar de las preferencias por la alcaldía de Victoria. 

2).-En el Marco de la Feria Universitaria del Libro, la Universidad Autónoma de Tamaulipas presentó su nuevo obra de la educación en Tamaulipas. 

Su autora es la Dra. Luisa Álvarez Cervantes, afirmó que la obra recoge importantes hechos históricos de la educación en la entidad y representa la importancia que ha tenido en la región la enseñanza.

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Presenta Secretaría de Recursos Hidráulicos actualización de los colores del Semáforo del Cuidado del Agua para Tamaulipas con vigencia en junio

Gómez Farías, Tamaulipas. – El secretario de Recursos Hidráulicos, Raúl Quiroga Álvarez, encabezó la Vigésima Reunión Ordinaria del Comité de Seguimiento y Evaluación del Semáforo del Cuidado del Agua, acompañado por el presidente municipal de Gómez Farías, Frank De León Ávila. En el encuentro se aprobó la actualización del Semáforo del Agua, vigente a partir de junio, así como un balance hidráulico que explica la situación actual en las distintas cuencas del estado.

De acuerdo con el informe, la cuenca del Río Bravo se encuentra en estado crítico, con los municipios de Nuevo Laredo, Guerrero, Mier, Miguel Alemán, Camargo, Díaz Ordaz, Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso y Matamoros en color rojo, debido a un marcado déficit hídrico en los vasos de almacenamiento.

En la cuenca del Río San Fernando, los municipios de Méndez y San Fernando fueron clasificados en color amarillo gracias a las lluvias registradas en mayo, mientras que Cruillas se mantiene en rojo y Burgos en verde.

En cuanto a la cuenca del Río Soto la Marina, los municipios de San Carlos, San Nicolás, Padilla y Jiménez también fueron clasificados en rojo, mientras que Villagrán, Güémez, Victoria, Abasolo, Casas y Aldama se encuentran en color amarillo. Los municipios de Mainero, Hidalgo y Soto la Marina fueron establecidos en verde, lo que refleja una mejoría en la disponibilidad de agua en la región.

En este contexto, se anunció que en pocos días se dará inicio a la construcción de la segunda línea del acueducto Guadalupe Victoria, una obra estratégica que fortalecerá el abastecimiento de agua potable en Ciudad Victoria.

Durante el informe de la cuenca del Río Guayalejo-Tamesí, el secretario informó que actualmente se realizan operativos de vigilancia con drones y embarcaciones para garantizar el tránsito del agua por el Río Tamesí, además de presentar un análisis histórico del comportamiento del sistema lagunario en los últimos 25 años.

En esta cuenca, los municipios de Palmillas y Ocampo se encuentran en rojo; Jaumave, Antiguo Morelos, Nuevo Morelos y González en amarillo; y Llera, Xicoténcatl, Gómez Farías, Mante, Altamira, Tampico y Madero en verde.

Por último, en la cuenca del altiplano, Miquihuana y Bustamante permanecen en color amarillo, mientras que Tula continúa en rojo, debido a que las precipitaciones registradas han sido insuficientes para recargar el acuífero Tula–Bustamante.

Después de presentar el balance hidráulico, se abrió el espacio para que los gerentes de los organismos operadores presentaran los avances de sus programas enfocados en promover la cultura del cuidado del agua, así como en mejorar los servicios públicos y la infraestructura hidráulica en sus respectivas localidades.

Por su parte, el presidente municipal de Gómez Farías destacó que, a través de proyectos estratégicos realizados en coordinación entre el gobierno estatal y municipal, se pueden implementar acciones que generen un impacto positivo y duradero en la comunidad.

Finalmente, el secretario reiteró que la micromedición es clave para operar, conservar y administrar de manera más eficiente los organismos operadores, con el objetivo de que sean autosuficientes.

“Por instrucción del gobernador Américo Villarreal Anaya, hemos conformado un nuevo modelo de gestión del agua que, mientras avanzamos en materia de cultura del agua, busca que nuestros organismos operadores trabajen de manera más coordinada y uniforme”, precisó.