Cuando el PRI Tamaulipas perdió la elección por la gubernatura, la mayoría en el Congreso local y buena parte de las alcaldías en 2016, se dijo que el partido estaba moribundo y si había algo que lo mantenía con vida era la cercanía de las elecciones presidenciales de 2018.
Pues déjeme decirle que no hubo necesidad de esperar los resultados electorales de julio próximo, y es que con el preregistro de aspirantes en busca de las candidaturas a las diputaciones federales y senadurías, ya no queda la menor duda: el PRI de Tamaulipas ha pasado a mejor vida.
Decir que la caballada está flaca es un eufemismo. Son retales, sobras, desechos de lo que alguna vez fue el invencible partido en el poder, ese del carro completo.
Sus aspirantes son cartuchos quemados, sin liderazgo ni trabajo, pero sobre todo son candidatos perdedores.
No hay una sola candidatura que les garantice dar la pelea, mucho menos la victoria. Y ni hablar de la fórmula al Senado.
Está claro que el grupo del ex gobernador Torre Cantú repartió las posiciones. Y ya sabemos que hace Egidio con las elecciones.
Usted cree que Tino Saenz o el Betico le van aportar votos a José Antonio Meade. Qué me dice de Griselda Carrillo o Alejandra Cárdenas.
Las candidaturas del PRI Tamaulipas son una burla para su militancia. Y es que donde no dan pena dan lástima.
En cada distrito hay por lo menos tres hombres y tres mujeres con mayor trabajo y méritos de quienes fueron a registrarse el fin de semana.
Ahí tiene el caso de Reynosa, donde los tricolores están divididos hasta en cinco corrientes. Cada una más débil que la anterior, y la prueba es la presencia de Valdez Richaud, de Benito Sáenz, peón de Luebbert, y de la propia Aida Zulema.
Ante este panorama no es exagerado pensar en el PRI como la tercera fuerza política de Tamaulipas, detrás del PAN y Morena.
Dónde quedaron Melhem, Baltazar, Enrique Cárdenas, Alejandro Etienne, Ramiro Ramos, Paloma, Amira… Porque no todos van a caber en las pluris, y si me apura ninguno.
Apoco Enrique no garantiza más votos que su sobrina.
En el PRI Tamaulipas pasa algo grave, tal parece que están desmantelando al partido y todo con el visto bueno del CEN.
El tiro de gracia serán las candidaturas a las alcaldías, donde Almaraz se prepara para repetir en la capital.
Otra burla para los priistas y para los habitantes de Victoria.
El dinosaurio se está suicidando. Se trataba de mejorar o morir, y tal parece que la dirigencia priista ha escogido la segunda opción porque sencillamente no sabe como lograr la primera.
La herencia de Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, sumado al rencor de Egidio, han terminado por hundir a los tricolores de Tamaulipas.
Ahora agregue un candidato presidencial externo y gris como Meade, y la falta de recursos para invertirlos en las campañas locales, poco o nada se puede esperar del Revolucionario Institucional.
Y eso fue lo que vieron los liderazgos locales, que prefirieron hacerse a un lado en lugar de ser cómplices en la desaparición de su partido.
Pues eso.
Es bueno saberlo.- 1)Fuerte y sin rodeos la declaración del Gobernador Cabeza de Vaca ante la reciente reunión de la CONAGO, donde exigió a las autoridades federales y locales investigar y castigar a quienes protegen al ex gobernador Eugenio Hernández Flores de ser extraditado a los Estados Unidos.
2) Cómo creerle a Meade que va luchar contra la corrupción cuando estando en Tamaulipas no pudo pronunciarse contra los ex gobernadores tamaulipecos que son el más claro ejemplo de la corrupción priista.
3) Especialistas de la UAT estudian el gen causante de la brucelosis, enfermedad que se presenta en animales domésticos y que tiene riesgos sanitarios considerables para las personas.
Este estudio servirá para combatir dicho padecimiento con métodos mucho más eficaces.