Como era de esperarse, la Fiscalía Anticorrupción de Tamaulipas se encuentra investigando al alcalde de Victoria luego de que Grupo Reforma revelara la participación de Gattás en un contrato de compra de una residencia de playa, en Madero.
La residencia tiene un valor de 11 millones 390 mil pesos.
Además de la casa en la playa, Gattás se transporta en una camioneta con un valor superior al millón de pesos, y en días pasado anunció la compra de una casa por medio de financiamiento con un valor cercano al millón de pesos.
En total se tratan de un monto superior a los 13 millones de pesos, y lo sospechoso del asunto es que estos tres bienes fueron adquiridos después de que Gattás ganara las elecciones el año pasado.
Si a eso se le agrega que no se conoce actividad empresarial del alcalde, salvo una renta de espacios publicitarios, de la que por cierto se ventiló un adeudo con el municipio superior a los 900 mil pesos, los indicios patrimoniales del alcalde dejan muchas dudas por aclarar.
Dudas que por cierto, el propio Gattás se niega a esclarecer o presentar prueba alguna.
La bonanza financiera que diariamente presume Gattás a los victorenses sobre su economía contrasta radicalmente con el estado en que se encuentra la ciudad que gobierna, incluyendo la calidad de vida de sus ciudadanos.
Es verdad que Victoria ya padeció alcaldes que fueron incapaces de dar resultados: Oscar Almaraz y Xico González son un buen ejemplo de todo lo que no se debe hacer.
Pero Gattás no solo los supera en incapacidad, sino también en el cinismo con el que conduce su gobierno.
Por eso duele más la corrupción, la pobreza y la falta de oportunidades en una ciudad que ya estaba lastimada. Porque mientras sus ciudadanos padecen el mal gobierno municipal, su alcalde se da la ‘dolce vita’, y no tiene el menor empacho en restregárselo a los victorenses.
Su actitud no solo lo ha distanciado del pueblo hasta el punto del desprecio, también lo ha hecho con la clase política de su partido.
Porque mientras Gattás vive su sueño de tener una vida de millonario, su partido está tratando de ganar una elección por la gubernatura de Tamaulipas.
El último ejemplo de este desencuentro de prioridades fue la violación en la que incurrió Gattás al promover su figura como alcalde mientras se aplica una veda electoral.
La imagen pública de Gattás está tan devaluada que el alcalde tiene que echar mano de medidas extremas, incluso por encima de la ley, para intentar redimirse, no importa que eso signifique afectar a su partido.
Si Lalo Gattás ya era considerado uno de los peores alcaldes de México por su falta de resultados, los escándalos por sus compras millonarias no servirán de mucho para levantar su aprobación o la de su partido.
Morena Tamaulipas tiene claro que lejos de ser un activo, Gattás se ha convertido en un actor político tóxico, a tal grado que ni el propio Presidente de la República está dispuesto a exponerse junto a él, mucho menos cuando la agenda nacional pasa por un momento complicado.
Lo más preocupante en todo caso, es que lejos de cambiar su estrategia de errores y equívocos, Gattás insiste en ahondar su camino recorrido, del que cada vez es más difícil salir.
Y eso que apenas están por cumplirse cinco meses de su administración.
“No puede haber gobierno rico con pueblo pobre” es uno de los principios morales por los que se rige el Presidente López Obrador, uno que claramente el alcalde de Victoria ha decidido ignorar, traicionando con esto al pueblo de Victoria, a Morena, y al propio López Obrador.
Pues eso.
Es bueno saberlo: 1) El C.P. Guillermo Mendoza Cavazos, Rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), presidió con el gabinete de la administración central, los trabajos en seguimiento a la mejora continua de la Gestión Institucional, cuyo proceso está reconocido por el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES).
En la reunión efectuada en el Centro de Excelencia del Campus Victoria, con la asistencia de titulares de las diferentes secretarías de la Rectoría, el C.P. Mendoza Cavazos dio la bienvenida a la Dra. Olga Hernández Limón, Coordinadora de Vinculación del COPAES, quien participó por videoconferencia con la exposición de las observaciones de este organismo para el mejoramiento de la calidad de la gestión institucional.
En este contexto, el Rector destacó la importancia de contar con las herramientas de evaluación, observaciones y recomendaciones del COPAES, organismo que acreditó en el 2021 la gestión institucional de la Universidad.
Señaló que este ejercicio permitirá hacer un plan de acción para el mejoramiento y vigencia de esta acreditación, y que de igual manera, contribuye a enriquecer la integración del Plan de Desarrollo Institucional para la gestión rectoral 2022-2025.
Apuntó la importancia de abordar en este proceso los nuevos desafíos que son clave en el futuro de la educación superior, en temas como la inclusión, la equidad, la sustentabilidad y sostenibilidad, la responsabilidad social, la innovación de la enseñanza, la educación híbrida, entre otros.
“Estas recomendaciones vienen a impactar esos conceptos. Estamos trabajando en una nueva estructura, en un nuevo Plan de Desarrollo Institucional y en revisar toda nuestra normatividad, y creo que es valioso el documento para poder complementarlo y enriquecerlo, con esta nueva filosofía y etapa de la educación superior a nivel nacional”, concluyó el Rector.
Durante la exposición, por parte del COPAES, la Dra. Olga Hernández Limón destacó la importancia de retomar este trabajo derivado de la acreditación, por el inicio de la presente administración rectoral que encabeza el C.P. Guillermo Mendoza Cavazos.
Hablo de los retos que la pandemia ha dejado a la educación superior, entre estos, las oportunidades de colaboración y la educación virtual hibrida, como nuevas estrategias que emergen.
En otros aspectos, detalló que al 2050 la educación superior visualiza temas clave como son, el acceso educativo universal e inclusivo y la educación híbrida como un modelo para aumentar el acceso; la educación centrada en el estudiante y sostenible en diferentes dimensiones; la organización del conocimiento en diferentes modalidades para asegurar el aprendizaje; en promover la investigación e innovación retomando el pensamiento crítico; y las conexiones de una educación superior que esté vinculada con la sociedad para atender sus problemas.