Especialistas de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) exploran las proteínas de insectos comestibles, que podrían ser utilizados para la elaboración de productos alimentarios.
Al respecto, el investigador del Instituto de Ecología Aplicada (IEA) de la UAT, Dr. Jorge Ariel Torres Castillo, dijo que el trabajo corresponde a la tesis de Oscar Acosta Cabrera, estudiante de la carrera de Ingeniería en Agrotecnología de la Universidad Politécnica “Francisco I. Madero” del Estado de Hidalgo.
Comentó, que el proyecto forma parte de la vinculación de UAT con instituciones de educación superior del país, y en este caso, el estudio versa sobre la digestibilidad de proteínas de insectos comestibles.
“Es una estancia de investigación que está realizando aquí, de un mes y medio, viene a aprender algunas técnicas de laboratorio que le ayuden en su trabajo, y determinar la digestibilidad de proteínas de insectos comestibles”, comentó.
“Lo que hacemos es explorar proteínas que son solubles en agua o hidrosolubles, que se pueden sacar fácilmente, y que en teoría, son las que podríamos asimilar más fácilmente”, agregó.
Continuó diciendo que esas proteínas se extraen y después se les hacen pruebas de digestibilidad, “se le ponen enzimas comerciales, que se parecen mucho a las enzimas humanas, y vemos cómo se comporta la proteína y sabemos si se digiere”, indicó.
Explicó que los insectos evaluados fueron: el Tenebrio, denominado comúnmente gusano de la harina, que es un escarabajo; la Hormiga Chicatana, que es una especie de hormiga cortadora de hojas americana; y el Chapulín de la Milpa (Sphenarium purpurascens).
“Encontramos que sí hay digestibilidad de esas proteínas, al menos de la fracción que estamos trabajando, con las enzimas que estamos evaluando, y que son muy parecidas al tracto digestivo humano”, aseveró.
Subrayó que estos trabajos, son un punto a favor del intercambio y la mejora académica, “porque hemos estado recibiendo estudiantes de Sonora, Veracruz, Estado de
México y otros estados; es una labor importante para la UAT porque así fortalecemos los lazos de colaboración, y promovemos la generación de nuevos investigadores”, apuntó.
Por su parte, el tesista, Oscar Acosta Cabrera, describió que su trabajo pretende saber qué tanto puede beneficiar al ser humano el consumo de insectos. “Ya sabemos que se comen los insectos, pero no qué tanto puede beneficiarnos”, dijo.
“El trabajo es la exploración de insectos comestibles para aplicaciones alimentarias. Saber la digestibilidad de las proteínas de estos insectos a través de la experimentación”, concluyó.